Las vidrieras: el arte de pintar con luz

Pedro Munoz Pedro Munoz
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Deconstruyamos estereotipos y tradicionalismos y descubramos una nueva forma de pintar en la que ya no hace falta pincel. Una nueva manera de hacer arte aprovechando los elementos de la propia naturaleza. Un nuevo estilo con el que decorar nuestras paredes, techos o suelos, llenándolos de arte y elegancia. 

Las vidrieras reformulan su propia identidad para convertirse ahora en una puerta hacia el arte. Un arte que ya no entiende de vínculos físicos con el espacio, sino que se adapta a cualquier entorno. Se dotan de un carácter extremadamente versátil para mimetizarse con el ambiente, a la vez que adoptan las formas o figuras que deseemos. Podremos plasmar en ellas desde nuestros gustos cotidianos hasta nuestros anhelos más profundos: Por medio del uso de la luz natural, las vidrieras se proclaman como una nueva forma de expresión artística que desafía a las maneras tradicionales de concebir el arte. Su leitmotiv: la atención al más mínimo detalle en base a la combinación de técnicas ancestrales y modernas. Aquí encontramos modelos impactantes, traídos de la mano de Vitromar Vidrieras Artísticas

El nacimiento de Venus

Las obras de Botticelli reinterpretan su naturaleza. Salen de los cuadros concebidos por el pintor para fusionarse en nuestras ventanas y paredes. Cobran así una mayor vida, que se basa en la intensidad que les otorga el flujo de luz natural. 

El vidrio se concibe ahora en pequeños pedazos cortados que se aúnan para formar un todo que, sin duda, deja huella en todo el que lo ve. Se disponen en torno a una creación histórica protagonizando ahora un baile de formas y colores. Sólo para el pelo se utilizaron más de 125 piezas de vidrio cortado. Tenemos ante nosotros una nueva forma de hacer arte. 

Siempre nos quedará París

Ya no es problema no vivir en París; París viene a vivir con nosotros. Esta vidriera recrea la majestuosidad y la magia del principal emblema de París, que impregnará nuestros espacios de estilo y luz. Se trata de una creación basada en una perspectiva angular del monumento que otorga amplitud e inmensidad. Representa una nueva manera en la que la ciudad de la luz hace uso de ésta para rendir tributo a su nombre. 

Deleite de color

El pavo real es un animal que simboliza la belleza y la majestuosidad. Es consciente de su poder de cortejo mediante su cola llena de color. Despliega sus plumas para conquistar a otros; ahora lo consigue también desde las vidrieras. Esta vidriera supone un deleite de color para la vista, en el que numerosas piezas de cristal se combinan en un diálogo de colores cuya armonía no deja a nadie indiferente. 

Pintar mudéjar

Las vidrieras nos permiten reconfigurar los límites del arte tradicional. El arte ya no se ve anclado a un lugar físico, sino que se transforma en un elemento portable que se desplaza donde queramos. Es el caso de esta vidriera mudéjar, que nos trae a nuestros espacios el exotismo de la Alhambra de Granada. Al tratarse de la puerta del balcón, la vidriera dejará traspasar la luz hacia la sala, aportándole un carácter íntimo y valioso. 

El modernismo en nuestras ventanas

Otra forma de hacer arte y otra forma de besar. Esta vidriera reproduce fielmente la famosa obra El beso de Gustav Klimt. El detalle y la perfecta disposición de los diferentes pedazos de vidrio logran evocar con sutileza una de las obras pictóricas más famosas de la historia. Para los amantes del arte, aquí encontrarán una manera espléndida de implantar un sello modernista a sus espacios.  

Lluvia de colores

Depende de su ubicación, conseguiremos que las vidrieras transmitan una determinada vibración a nuestro ambiente. Una opción muy atractiva es colocarlas en el techo, de modo que nuestros espacios sean protagonistas de una auténtica lluvia de luz. Aportaremos a nuestros espacios una iluminación única, cuya intensidad se verá maximizada en los días de mayor sol: un toque muy atractivo para un loft como éste.

También desde abajo

Para los que quieran sentir la luz desde lo más profundo también se presenta una opción: colocar la vidriera bajo nuestros pies. Se trata de una estructura transitable en la que las vidrieras se retroiluminan desde abajo y se encuentran protegidas por unas vidrieras de seguridad. Un espacio exclusivo acuñado por unas vibraciones industriales muy conseguidas. Todo un acierto. 

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