Problemas en casa y como resolverlos según tu personalidad

Gabriela  García Gabriela García
Holzimitation, Malek-Malerei Malek-Malerei Rustic style walls & floors
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Cuando se rompe el cuerito del lavatorio en principio pueden pasar tres cosas: que el dueño de casa salga saliendo a buscar una pinza para cambiarlo, que marque el número del celular del plomero o que siga leyendo el diario como si nada. Estas tres conductas tan distintas hablan mucho sobre su personalidad. 

Todo es cuestión de estilos, pero hay algunos que son bastante comunes y figuran en la lista que sigue a continuación. Fijate si te sentís indentificado y de paso, echá un vistazo para saber cómo piensan o actúan otras personas cuando pasan por la misma experiencia.

1. El perfeccionista

Toma el toro por las astas, o mejor dicho, se decide a resolver el problema empezando ¡ahora mismo! Pero no se conforma con una lavada de cara o un arreglo superficial sino que busca ir al fondo del asunto para terminar con el problema de raíz, y para siempre. 

Si por ejemplo hay una rajadura en la pared, no le basta con un poco de enduido y pintura, sino que investiga qué la produjo, para luego pedir que se pique y se repare en forma definitiva como si se tratara de una cirugía mayor. 

2. El pensador

Se queda meditando qué es lo más conveniente, cómo  habría qué  hacer el trabajo, en qué día de la semana es mejor, si con cuarto menguante o con cuarto creciente. Pasa horas tratando de decidir si el color de la pintura elegido va a quedar bien o si es mejor buscar otro. 

En medio de tantas cavilaciones, llega otro integrante de la familia con poca paciencia ¡y se encarga del asunto!

3. El artista

Se encarga del problema, pero en lugar de llamar a un especialista trata de arreglarlo por cuenta propia. Es el rey del DYI, muchas veces por el desafío de ver si pueden vencer al desperfecto por su cuenta. Si es un problema de paredes, trae lija, enduído y pintura. Si el tema es de plomería, suele buscar videos en YouTube para ver cómo se cambia un cuerito o se destapa una cañería. 

Así va arreglando aqui y allá, si hace falta un jardinero, un gasista, un electricista o un experto en limpieza de tapizados. Los resultados a veces son buenos… y otras no tanto.

4. El científico

Se encarga del asunto un par de días después, ya que antes debe pasar varias horas frente a la computadora googleando artículos de revistas especializadas, revisando foros y consultando manuales técnicos. 

Luego llama al especialista que se encargará de resolver el problema, le revisa la caja de herramientas y le pregunta qué es lo que va a hacer, solo para cerciorarse de que es lo que investigó. ¡Muchas veces hasta se atreve a  darle indicaciones!

5. El investigador

Se encarga de hacer los cambios necesarios  para resolver el problema, pero lo hace en forma parcial ya que primero necesita recabar información. Pasa varios días en su escritorio mientras Investiga, consulta, se asesora y busca precios para ver qué es lo que más conviene hacer. Luego decide si va a hacer el arreglo con sus propias manos o si  sus cálculos revelan que es mejor llamar a un especialista. 

6. El fanático del sofá

Sabe que hay algo para resolver en la casa y tiene toda la intención de hacerlo. El problema es que nunca llega el momento apropiado. Un día porque  hace mucho calor y no es lo ideal para andar subiendo y bajando de la escalera. Otro día porque hay mucha humedad que se condensa en el interior de la casa y no es lo mejor para pintar. Así van pasando los días de mucho frío o mucho calor, mientras espera que mejore el tiempo mirando series en el sofá.

Si esa es tu realidad y ya no hay nada que hacer, acá tenés unas buenas ideas para elegir el mejor sofá

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