Una casa que mira al mar

Aunque al observar la vivienda desde esta perspectiva no lo apreciemos bien, esta construcción se adapta a la pendiente de manera escalonada. Se trata de dos plantas, más un sótano donde está instalado el garaje, que van superponiéndose las unas a las otras como si de los peldaños de una escalera se tratara. 

Lo que sí podemos observar claramente en la fotografía es la cubierta, un elemento que define la casa y que es fundamental en el planteamiento de esta. Se trata de un gran plano cuya única pendiente coincide con la que tiene la montaña y que gravita sobre el terreno, definiendo los espacios interiores y exteriores. 

El hormigón es uno de los materiales claves de esta fachada y su uso se explica por la forma en que la casa se emplaza en el terreno. Los muros de hormigón, anclados a la roca, se han convertido en una especie de zócalo que rodea la construcción y que le dan parte de su carácter. Por otro lado, la llamativa cubierta está rematada perimetralmente con chapa de acero corten que también encontramos en otros elementos de la vivienda, como la puerta de acceso al terreno. 

Pero aunque el hormigón sea uno de los principales materiales de la construcción, el aspecto de la vivienda no es compacto ni tosco. Al contrario, las características del terreno en pendiente, que mira hacia el Levante, invitan a crear una casa que se abra a la buena orientación de la misma, con cerramientos de vidrios que se convierten en el elemento de transición entre interior y exterior. 

Y si antes hablábamos de la buena orientación de la casa, no podíamos olvidarnos de las increíbles vistas. Aunque se puede disfrutar de ellas desde cualquier punto de la casa, lo cierto es que en la zona exterior es el porche el mejor lugar para deleitarse con las impresionantes vistas sobre el mar. Además de la terraza a cubierto, la parte exterior de la casa se compone de un jardín y una bonita piscina que parece fundirse con el mar.

En el interior descubrimos una gran sala de estar a doble altura en torno a la cual se articula el resto de dependencias, tanto arriba, donde está ubicada la zona de noche, como abajo, donde se encuentra la de día. Ambas se comunican a través de una escalera de metal a juego con las estructuras, vigas y columnas, que le dan un aire moderno e industrial al interior. Con este planteamiento, la gran sala se convierte  en un amplio salón que se comunica con la cocina a través de dos grandes puertas correderas, que la aíslan o la incorporan según convenga.

Y si desde fuera observábamos cómo la fachada vidriada creaba un vínculo entre exterior e interior, desde dentro descubrimos cuál es el impacto de este diálogo entre ambos ambientes. El espectacular paisaje, así como la maravillosa luz del Mediterráneo, pasan a formar parte de la habitación y sirven de contraste a su diseño minimalista y sofisticado. 

Hasta aquí nuestro recorrido por esta bonita vivienda que mira al mar. Si quieres seguir disfrutando de espectaculares casas y de sus paisajes, te recomendamos que le eches un vistazo al libro de ideas homify 360º: una casa con vistas al Mediterráneo.