International Design Festival Berlin 2014: DMY

Marisa Alcore Marisa Alcore
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La semana pasada, del 28 de Mayo al 1 de Junio, jóvenes diseñadores y profesionales  de renombre internacional tuvieron una cita en la ciudad de Berlín. El lugar no podía ser otro que uno de los edificios aeroporturarios del cerrado Berlín-Tempelhof. El motivo: DMY International Design Festival

Durante cuatro días, en esta doceava edición del festival, profesionales de todo el mundo trataban de dar respuesta a la eterna pregunta: ¿qué es el buen diseño? Nuevos productos, prototipos y proyectos de diseñadores jóvenes y consolidados fueron expuestos en este festival, cuyo programa albergaba también actividades más dinámicas como simposios, charlas y talleres en torno al diseño contemporáneo y las tendencias necesarias del diseño futuro. 

Desde hace unas décadas, el diseño ha ido adquiriendo fuerza e importancia, siempre de la mano de la funcionalidad y del precio. Los consumidores son más exigentes y los profesionales ya no centran sus miras en producir en masa, sino que buscan crear objetos de calidad, funcionales, adaptables, duraderos y bellos. 

DMY Berlin es una red internacional dedicada al diseño contemporáneo. Cada año en la capital alemana, coincidiendo con la semana del diseño de Berlín, DMY celebra su DMY International Design Festival Berlin y este año no podía ser menos. Durante estos días Berlín, ciudad designada con el título de Ciudad del Diseño de la UNESCO desde 2005, brilla más si cabe inundada de nuevas tendencias. 

Además, desde 2012 DMY Berlin es el encargado oficial de asignar el premio al mejor diseño alemán, en términos de execelencia de producto y diseño de comunicación. 

Un hangar en desuso fue el cotinente donde tuvo lugar la exposición de la semana pasada. Pero no se trata de una nave cualquiera, hablamos del aeropuerto de Tempelhof. Muy próximo al centro (si podemos considerar que Berlín tiene centro), encontramos este antiguo aeropuerto en los distritos de Tempelhof-Schöneberg y Neukölln. En el año 1909 acogió la primera exhibición aérea de la Historia, aunque no fue hasta 1923 cuando fue considerado oficialmente un aeropuerto. Tres años más tarde, fue fundada la compañía aérea Lufthansa con base aquí y cuatro después se concluyó la construcción de la terminal. 

Norman Foster describió a Tempelhof como la madre de todos los aeropuertos. Y no era menos: hasta la construcción del Pentágono, esta terminal fue el mayor edificio del mundo y uno de los que más tráfico tenía. Tras la II Guerra Mundial, el aeropuerto cayó en manos americanas y en 1948 la Unión Soviética bloqua las rutas terrestres y fluviales hacia Berlín Oeste. Es entonces cuando comienza el llamado Puente Aéreo, mediante el cual se realizaron 1400 vuelos diarios durante las 24 horas del día para abastecer a la ciudad de Berlín de alimentos. 

Tras la caía del muro, se desmanteló la base aérea americana y Tempelhof pasó a tener uso comercial. Poco a poco, su situación estratégica empezó a volverse en su contra: la contaminación y su imposibilidad de ser ampliado y, por tanto, de acoger vuelos de larga distancia. El aeropuerto comenzó a ser poco rentable y en 2008, tras varios años intentándose, cerró definitivamente sus puertas. 

Sin embargo, un futuro muy distinto le esperaba: en 2010comienza su transformación en uno de los parques urbanos más grandes del mundo. 

Un objeto cotidiano que cuestiona su función primaria. Sí, el diseño de esta luminaria colgante parte de un vara de medir plegable. El resultado: una sucesión de planos de madera que giran entorno a un mismo eje y entre los cuales se escapa la luz. 

Shallow swing es su nombre y sus autores lo describen como un pétalo en la pradera. Diferentes piezas de madera son unidas mediante un pegamento resistente al agua, mientras van tomando forma de paraboloide. Además, un textil tensado ayuda a estabilizar la forma. El resultado: ligero, tridimensionalmente estable, elástico y, por encima de todo, cómodo. Apto para sentarse o tumbarse, en soledad o en grupo, su suave balanceo nos recuerda el mecer de las flores. 

Street Food Kitchen tiene como razón de ser un proyecto final de carrera y como punto de partida, la búsqueda de las prácticamente olvidadas especies vegetales que nacen en su región. Esta cocina portátil reduce su forma a tres pequeños palés apilados que simbolizan las tres herramientas primarias: agua, la piedra tallada y el fuego. Los módulos se abren y cierran con facilidad, pudiendo ser transportados mediante una carretilla: un cocina perfecta para llevarse al parque. 

A pesar de que cada pieza resulta única, todas tienen algo en común: sus bases son convexas. Y quizás sea ésta su característica más destacada, aparte de la sencillez y sinceridad de su material. Este taburete llamado ’Gegenstand | Widerstand’ permite que nos sentemos y nos balanceemos. Eso sí, siempre de manera estable. 

Bounce tiene dos facetas: por un lado, se trata de una elegante escultura de espuma; por otra, una suave y cómoda silla. Su diseño se adapta perfectamente al cuerpo que sobre ella se posa. Sin embargo, en el mismo instante en el que nos levantamos, su forma vuelve a la original sin ningún tipo de transformación. 

Hye Jin Ahn y Aoi Yoshizawa provienen de diferentes disciplinas: una de ellas trabaja en el campo del color y el material; la otra, en los marcos metálicos y en el diseño de mobiliario. Juntas, sin embargo, se unen para crear este diseño que busca responder a las necesidades de la vida diaria. En un mundo donde pocos viven donde nacen, un mundo de gente nómada que busca nuevas experiencias, nuevas culturas (o simplemente trabajo), esta silla se convierte en un buen compañero de viaje. Su sencilla construcción permite montarla y desmontarla en cuestión de minutos. Sus piezas permiten ser introducidas en una caja fácilmente transportable. Porque los muebles no han de ser un impedimento para viajar. 

Dado Shelf apuesta por el lema: no más herramientas, sólo madera. Su construcción se asemeja a la forma de crecer de un árbol: primero los brotes y luego las ramas. 

Uniic GmbH se presenta como una empresa con gran experiencia en el trabajo de piezas de madera. Pero no hablamos de un ebanista cualquiera, esta empresa cuida al milímetro el detalle de sus producciones. Esta pieza en particular ha sido tallada a mano sobre el tronco de un viejo roble de 250 años de antigüedad que, de esta manera, toma una nueva forma de vida. 

Room in a Box es un diseño que te seduce en el primer cruce de miradas y que tras probarlo te enamora hasta la médula. En contra de la idea (errónea) de que el cartón es inestable, este somier está construido en cartón con la forma de un acordeón. Su diseño, a la vez que cómodo y sostenible, se adapta a la movilidad y flexibilidad necesarias del estilo de vida contemporáneo. 

Flowers fo Slovakia es un proyecto excepcional llevado a cabo por alumnos excepcionales. Tras su exitosa colección, en esta edición del festival nos prsentan Lost & Found, en colaboración con Vitra. Su nombre revela su esencia: estos diseños de sillas son el resultado de combinar piezas de mobiliario tradicionales eslovacas  con inconfundibles piezas de diseño de la casa Vitra. Todo un ejercicio de rediseño. 

Y sí, también había lugar para los diseños más excéntricos en este festival de diseño. Sus autores, sentados en esta pequeña sala de estar , disfrutaban de la lectura ajenos a las miradas de los curiosos que se acercaban a contemplar extrañados esta silla de tortura. 

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