Árboles de Navidad: alternativas al clásico abeto

María Bausán María Bausán
Shining Tree 2D, 8 seasons design GmbH 8 seasons design GmbH Modern garden
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Si eres de lo que has aprovechado este puente para poner a punto el árbol de Navidad es posible que se te haya venido a la cabeza la siguiente pregunta: ¿De dónde sale la tradición de decorar un abeto durante las fiestas navideñas? Aunque pensemos que se trata de una americanada venida del otro lado del Atlántico, lo cierto es que la costumbre de decorar árboles tiene un origen incierto, pero es más antiguo que el descubrimiento de América. Hay quien dice que si tiene que ver con las costumbres paganas de los pueblos del Norte, con el evangelizador de Alemania, San Bonifacio, e incluso con un caballero de la tabla redonda del Rey Arturo. 

Lo que sí parece claro es que en España la costumbre es relativamente moderna. No fue hasta finales del siglo XIX cuando el primer árbol de Navidad español lució orgulloso en el madrileño Paseo del Prado. Fue en el jardín del palacio del Duque de Sesto, quien influenciado por su mujer, la rusa Sofía Trubetskaya, copió la costumbre europea de adornar un árbol en Navidad. 

Desde entonces ha llovido mucho. Tanto, que el árbol de Navidad se ha sofisticado hasta límites inimaginables. En este artículo os presentamos algunas propuestas de árboles navideños que se salen de lo habitual. Alternativas al clásico abeto que no puedes perderte. 

1. Un árbol de luz

Una de las cosas más típicas de los árboles de Navidad son las luces. En este ejemplo se ha partido de esta idea para llevarla al extremo y convertir el árbol entero en una lámpara en sí misma. Iluminado por un sistema LED de larga duración, este árbol cuenta con un mando a distancia que nos permitirá cambiar de ambientación siempre que queramos: de luz fría y blanca, a un tono amarillo cálido o luces multicolor. Una opción menos engorrosa que el árbol natural pero igual de cálida. 

2. Árboles con tela

Hechos con retales, estos árboles de Navidad nos sirven tanto para colgarlos y, rodeados de luces, convertirlos en el árbol que presida el comedor, como para utilizarlos de cómodos cojines navideños. Sabiendo las cantidades irreverentes de comida que llegamos a engullir estos días no es tan mala opción eso de la siesta navideña…

3. Navidades rústicas

Aquí quien no tiene un árbol de Navidad es porque no quiere. Y es que con un poco de imaginación y algo de maña cualquier cosa puede acabar convertida en un original árbol navideño. Para muestra, esta campestre idea que incluye un paseo por el bosque recogiendo ramas caídas para luego montar este original y atrevido árbol. Decorarlo con bolas o dejarlo solo con luces ya va a gusto de cada uno. 

4. Un árbol artesano

Que un árbol no sea natural no quiere decir que no esté lleno de madera. Esta propuesta está fabricada de manera artesanal con madera de haya y permite jugar con cada pieza, de tal forma que nosotros elegimos lo abierto o cerrado que queremos que se vea nuestro árbol de Navidad. Además su almacenaje, una vez se han acabado las fiestas, es tan sencillo que lo difícil será acordarnos de donde lo guardamos el año anterior. 

5. La estrella de la Navidad

La estrella que adorna el árbol de Navidad ha pasado, en este original árbol, de estar en lo más alto del mismo a ser lo que compone este adorno tan navideño. Y es que, como si de las ramas del abeto se tratara, una serie de estrellas de papel puestas una encima de otras consiguen dan forma a este peculiar y decorativo árbol de Navidad.

6. Vinilos navideños

Tan práctico de poner como de quitar, este vinilo navideño no consume electricidad, no tiene que ser adornado y tampoco se seca una vez pasadas las fiestas. Una opción práctica para aquellos a los que no les gusta complicarse la vida. 

7. Hazlo tú mismo

Y si somos apañados y nos gusta la moda del Do it yourself, aquí os traemos una propuesta que sin duda os fascinará tanto como a nosotros. Hechas con piezas de contrachapado, cortadas con forma de triángulo, solo necesitaremos pinturas acrílicas, pegamento, purpurina y un poco de habilidad. 

Vemos aquí el resultado: no es un árbol de Navidad que presidirá el salón, pero sí un delicioso adorno para la mesa de comedor, a la que tanto uso le daremos estas fiestas. 

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